Cuando se revisa la historia del Proceso Bolivariano uno percibe inmediatamente, a menos que se esté ubicado en la otra orilla de este proceso, que toda la política que ha emprendido el Presidente Hugo Chávez se encuentra enmarcada dentro de un plan estratégico para la conformación de una nueva situación político-social, tanto a nivel nacional como internacional. No debemos olvidar que todo el proceso de cambio que se ha venido operando en los últimos nueve años, tiene sus causas en las políticas que, tanto a nivel regional e internacional, se habían venido produciendo a partir de los años ’60 y ‘70.


La aparición de las llamadas “democracias representativas”; la creación de organismos interregionales o internacionales que velaban por las políticas económicas y sociales de los países desarrollados; los tratados comerciales que lograron la sumisión de las economías tercermundistas; la creación de redes de (des)información que ofrecían una visión del mundo adaptada a los intereses de las grandes Multi y Transnacionales, en fin, todos estos hechos fueron catalizadores de los acontecimientos sociales que generarían los grandes cambios que se pueden apreciar hoy en el continente y que comienzan a finales de los años ‘80. Esto gracias a que todas las acciones de los seres humanos en el mundo, se conectan e interrelacionan y las consecuencias se reflejan más allá de las fronteras artificiales que han creado para separarnos.

Es así como desde la formulación de los Objetivos Estratégicos hasta la presente fecha, se han venido implementando las distintas propuestas para el logro de las conquistas necesarias en la construcción de una sociedad distinta.

Refresquemos para una mejor comprensión de lo expuesto, los diez Objetivos Estratégicos propuestos por Hugo Chávez antes de que arrancara todo este maremagnun de ideas para la construcción de un nuevo modelo de país:
1) Avanzar en la conformación de una nueva estructura social
2) Articular y optimizar la nueva estrategia comunicacional
3) Avanzar aceleradamente en la construcción del nuevo modelo democrático
4) Acelerar la creación de la nueva institucionalidad del Estado
5) Nueva estrategia integral y eficaz contra la corrupción
6) Desarrollar la nueva estrategia electoral
7) Acelerar la construcción del nuevo modelo productivo, rumbo a la creación del nuevo sistema económico
8) Seguir instalando la nueva estructura territorial
9) Profundizar y acelerar la conformación de una nueva estrategia militar nacional, y 10) Seguir impulsando el nuevo sistema multipolar e internacional.

Viendo esto habría que ser muy ciego o torpe (políticamente hablando), para no percatarse que se ha mantenido un discurso coherente a lo largo de estos años, que se ha venido trabajando e impulsando, desde aquel año de 1998 cuando se comenzó a desmontar el andamiaje que habían construido los políticos de oficio de la Cuarta República apadrinados nada más y nada menos que por los distintos gobiernos de los estados unidos, un proyecto político que no dejaba lugar a dudas, que no le mentía a nadie a cerca de las intenciones del gobierno que comenzaba por aquel año de 1998, creándose un modelo de justicia social que inexorablemente nos conducía al socialismo.

Ciertamente hay puntos donde la tarea es aún muy ardua, pero éstos se encuentran encaminados, ahora, lo más importante es no perder de vista que el Proceso Bolivariano debe tener una continuidad en el tiempo, y no gracias únicamente a un sólo líder (como lo ha expresado el Comandante un millón de veces, él sólo es un soldado más y da muestras a cada rato de ello), sino que cada uno de nosotros debe estar preparado para hacer su parte, los objetivos deben estar presente en nuestro accionar social y político, sólo así garantizaremos que la consigna de “¡No Volverán! “ tenga verdadero sentido histórico.

Actualmente se viene trabajando en la consecución de los 5 motores (y recordemos: ley Habilitante, Reforma Constitucional, Moral y Luces, Nueva Geometría, y Poder Comunal), que son la continuación de los 10 Objetivos Estratégicos, pero su especificidad es indicativo de los tiempos que están corriendo.

La propuesta de caminar hacia la construcción de un Socialismo del siglo XXI, no puede hacerse con las estructuras sociales, políticas y mentales obsoletas, sujetas a las concepciones cuartorepublicanas y capitalistas, por llamarlas de alguna manera, ya que sabemos que éstas nos fueron legadas desde tiempos coloniales y que sólo se habían ido amoldando a las necesidades de los distintos imperios mundiales de ese momento.
La importancia de los 5 motores radica en que se está abriendo la posibilidad cierta, de que el pueblo comience a tomar las riendas en aquellos asuntos que le atañen directamente. Se están creando las condiciones para que el pueblo ejercite el Poder Popular desde los Concejos Comunales, pero es necesario e imprescindible que se le dote de ideas (de una ideología diferente a la existente), con una visión geohistórica de su entorno inmediato, humanista hasta los tuétanos, es decir, no se puede perder de vista al bosque de los problemas sociales, por sólo querer ver el árbol de los asuntos individuales o grupales. Todo se interrelaciona, y nuestro deber es estudiar e inventar, como bien nos aconsejaba El Maestro, para no errar.

Aquellos que creen que lo que se está gestando en el país es algo sin sentido y faena de un loco, hay que decirles que el pueblo está abriendo las puertas de la historia para entrar y quedarse, ya no como el convidado de piedra, sino como el actor principal de esta magnífica construcción (el Proceso Bolivariano) que es obra de todos.

Lo que nos queda entender es que sin unidad de voluntades y acción será imposible enfrentar todos los ataques que nos tienen preparados la canalla servil y el imperio.

La mesa está servida. Aquellas gloriosas acciones donde nuestros antepasados enfrentaron al enemigo, ofreciendo su carne al cañón inmisericorde de los oportunistas y bandidos, no sólo serán reivindicadas, sino que no se deben repetir. El pueblo tiene la oportunidad histórica de empuñar su destino para realizar los cambios tan necesarios en el viejo andamiaje del Estado; la Contraloría Social es una de las herramientas para esta transformación, una vez que el pueblo la asuma ya nadie volverá a las viejas prácticas politiqueras, neoliberales cuartorepublicanas, así el ¡No Volverán! será una de las consignas al lado de: ¡Patria, Socialismo o Muerte!
Wilmer Ortuño / Historiador/Educador.

Primer Motor: Ley Habilitante. Vía directa al socialismo

En diferentes intervenciones públicas el presidente Hugo Chávez explicó el contenido de los "cinco motores". Se reproducen a continuación extractos de esas intervenciones.

Esta ley consiste en que la Asamblea Nacional autoriza al Presidente de la república para que en Consejo de Ministros, y con los procedimientos señalados en la constitución, emita decretos-leyes (Posteriormente la Asamblea Nacional aprobó la Ley).

La Asamblea luego deberá revisar aquellos decretos y leyes. En caso de que sean leyes orgánicas deberán ir al Tribunal Supremo de Justicia (TSJ), a la Sala Constitucional.

La Ley Habilitante fue solicitada y aprobada por un año y medio en los distintos ámbitos: político, económico, social, seguridad y defensa. Así también en el ámbito de lo que son los procedimientos administrativos de la administración pública.

Se designó un gabinete especial para la Ley Habilitante. El vicepresidente Jorge Rodríguez lo va a presidir. Esta reforma se hará de manera acelerada para así poder absorber el tiempo constituyente.

Hay una lista de leyes. Primero leyes viejas que hay que reformar; segundo, leyes nuevas que hay que reformar; tercero leyes que hay que sustituir por otras; cuarto, leyes que hay que inventar en el marco de la Constitución para desarrollar aún más los mandatos constitucionales.

Por ejemplo el Código de Comercio venezolano. Símbolo del capitalismo, fue elaborado hace más de 100 años: en 1894. A ese Código le hicieron varias reformas en el mismo marco, y la última fue hecha en 1955, cuando gobernaba a Venezuela el general Marcos Pérez Jiménez. ¿Qué socialismo vamos a hacer con un Código de Comercio de esa calaña?

Otro ejemplo son todos esos sectores de un área tan importante y estratégica como lo es la energía eléctrica. Todo aquello que fue privatizado, nacionalícese. Recuperemos la propiedad social sobre los medios estratégicos de producción. La Compañía Anónima Nacional Teléfonos de Venezuela (Cantv): nacionalícese.

La Nación debe recuperar la prioridad de los medios estratégicos de soberanía, de seguridad y de defensa.

En la Faja del Orinoco, todavía pervive un aspecto, que tiene mucha importancia, de lo que fue la apertura petrolera: elimínese. Me refiero a que empresas internacionales tienen el control y el dominio de todos estos procesos de mejoramiento de los crudos pesados de la Faja del Orinoco. No, eso debe pasar a propiedad de la Nación venezolana.

La Ley Habilitante debe ser el arranque de este año. Si las leyes del 2001 impactaron el esquema económico y social del país estas nuevas leyes deben impactar con una potencia mucho mayor a la actual situación económica del país.

Segundo Motor: Reforma Constitucional. Estado de derecho socialista

Vamos rumbo a la República Socialista de Venezuela y para eso se requiere una profunda reforma de la Constitución Nacional. La Constitución actual nos presenta un primer piso para la construcción del socialismo, pero para avanzar, en mayor amplitud y dimensión, se requiere de un conjunto de reformas.

Esta Constitución nació en medio de la tormenta, pero a pesar de los esfuerzos quedaron infiltrados muchos gazapos del viejo régimen, así como otros elementos que no quedaron bien delineados. Convoquemos al Poder Constituyente y aceleremos esto en función del clamor de ese pueblo que votó por un proyecto.

El artículo 342 de la Constitución prevé tres formas para poder introducir cambios a la Constitución, primero la enmienda constitucional que es sobre todo para algo puntual. El segundo la reforma y el tercero, la Asamblea Constituyente.

La reforma es el mecanismo adecuado; y no la constituyente. El artículo 342 dice que "la reforma constitucional tiene por objeto una revisión parcial de esta constitución...", esa es una de las diferencias que me tienen convencido de que la reforma es la vía: cuando se plantea una constituyente es para hacer otra constitución y no es que lo necesitamos.

La constitución establece los límites de la reforma, permite la sustitución de una o varias de sus normas (no pone límites) que no modifiquen los principios fundamentales. Los primeros nueve artículos de la constitución son los principios fundamentales.

Cuando Bolívar presentó el proyecto de Constitución de Bolivia, dijo: "He pensado que la Constitución de Bolivia debiera reformarse por períodos. Según lo exige el movimiento del mundo moral...".

Esto es normal, sobre todo cuando hay un movimiento moral, político y social tan acelerado. Estamos viviendo tiempos constituyentes, revolucionarios. Por eso habrá que revisar la Constitución, reformarla.

Por ejemplo, el artículo 302, donde el estado se reserva la actividad petrolera, pero no así la gasífera. Ahí lo que debe estar es "la actividad de hidrocarburos líquidos, sólidos y gaseosos". Aquí, las concesiones petroleras, por 50 años, se llevaron y nos sacaron el petróleo. Por esta Revolución se planteó un primer paso esencial: la liberación nacional. Compañeros, con el corazón lo digo: ¡Venezuela esta liberada!, no somos colonia de nadie. Ése es un paso esencial para tomar decisiones fundamentales como las que estamos tomando.

Otro ejemplo es el artículo 303 que dice que el Estado por razones de soberanía económica, política y de estrategia nacional, (...) conservará la totalidad de las acciones de Petróleos de Venezuela o del ente creado para el gran manejo de la industria petrolera, pero... viene aquí el pero: "exceptuando la de las filiales, asociaciones estratégicas, empresas y cualquier otra que se haya constituido o que se constituya como consecuencia del desarrollo de negocios de Petróleos de Venezuela", ¡La privatización! Esto hay que modificarlo: ¡Aquí no se privatiza más nada! Pero todo eso hay que cerrarlo aquí en la Constitución, así como otros artículos, por ejemplo, en lo económico, en lo político.

Tercer Motor: Moral y Luces. Educación con valores socialistas

La educación no tiene que ver sólo con el estudio de una la materia determinada o con sacar el sexto grado, no, es mucho más que eso. Se trata de los valores, la cultura, la solidaridad. Una revolución ética, por eso tomo la tremenda frase de Bolívar allá en Angostura: "Moral y Luces son los polos de una república".

Vamos a lanzar, durante todo el año 2007 la jornada nacional moral y luces.

Educación en todos los espacios: educación moral, económica, política y social. Educación, mucho más allá de la escuela: en las fábricas, en los talleres, en los campos, en los núcleos endógenos, una sacudida moral. Invito a que lo asumamos todos con todo rigor, no sólo desde el Gobierno, todos debemos asumir esta gran Jornada Nacional Moral y Luces.

El Che insistía en el trabajo y el estudio, y decía lo siguiente: "Defender el país construyéndolo con nuestro trabajo y preparando los nuevos cuadros técnicos para acelerar mucho más su desarrollo en los años venideros". El estudio a todos los niveles es, también hoy, una tarea de la juventud, el estudio mezclado con el trabajo.

El Che también llamaba a debatir, a plantearse todo lo que no se entienda, discutir y pedir aclaración de lo que no está claro, declararle la guerra a todos los tipos de formalismo. Hay que estar abiertos a nuevas experiencias, para conformar la gran experiencia de la humanidad, que lleva muchos años avanzando por la senda del socialismo, y pensar todos y cada uno en cómo ir cambiando la realidad, en cómo ir mejorándola.

Siempre hay que buscar tiempo para escribir y mucho para leer, reflexionar y estudiar. Un luchador, un revolucionario, tiene que estudiar todos los días de su vida, todas las noches de su vida, tiene que estudiar la teoría y la praxis, navegar en las aguas de la dialéctica.

Superación para vencer; luchar por ser el primero entre los primeros, por estar en el grupo de vanguardia. Ser el ejemplo donde se puedan mirar los hombres y mujeres de edad más avanzada que han perdido cierto entusiasmo juvenil, y que frente al ejemplo, siempre reaccionan bien. Tener espíritu de entrega.

Primeros en el trabajo, en el estudio, e insisto, no se trata solamente del estudio del aula de clase, del bachillerato, de la universidad o de la misión. Se trata del estudio de todos los días, permanente, de la búsqueda del conocimiento en el campo, en el cerro, en la calle, en el libro. Se trata de la discusión, del debate de las ideas de manera permanente. Dice el Che que hay que plantearse tareas reales y concretas. Las tareas de trabajo cotidiano no pueden admitir el más mínimo desmayo.

Entonces educación popular en todos los momentos, en todos los espacios. Educación, educación, educación, hemos hecho muchos avances pero aún nos falta mucho por profundizar en la educación, la cultura, la ciencia, la tecnología, la conciencia, la ideología, los valores, los nuevos valores. Hay que demoler los viejos valores del individualismo, del capitalismo del egoísmo, hay que crear nuevos valores y eso sólo se logra a través de la educación, del ejemplo, este es el tercer gran motor.

Cuarto Motor: La Nueva Geometría del Poder. El reordenamiento socialista de la geopolítica de la nación

El cuarto motor del proyecto socialista revolucionario tiene que ver con la nueva geometría del poder. La geometría mide, sobre todo, tres elementos: la distancia, la extensión y el volumen o el contenido. Debemos hacer análisis sobre el territorio, ¿cómo está distribuido el poder político, social, económico, militar y cómo debería estar? Este es un tema en el que pido total atención.

Es necesario buscar una nueva manera de distribuir el poder político, social, económico y militar sobre el espacio. Revisemos la división política territorial del país, innovemos, busquemos unas fórmulas que se adecuen mucho más a nuestra realidad y aspiraciones. Es decir ¿debe Venezuela, necesariamente, estar dividida política y territorialmente como lo está? ¿no hay otro modo? Claro que hay otros modos de organización territorial.

Yo diría que a nivel de estados la situación no es grave; ahora donde sí es grave es a nivel municipal. ¿Venezuela necesita estar dividida en tantos municipios como hoy tenemos? Burocracia, ésa es la Cuarta República viva: burocracia, ineficiencia. Está intacto el modelo ¡cambiémoslo! Los invito a todos, sin temores.

Hay alcaldías o municipios que tienen una extensión de territorio gigantesca, hay otros que tiene poco territorio y están superpoblados, sin capacidad de maniobra ni decisiones y casi todo el presupuesto se va en la burocracia; cada quién quiere tener asesores, chofer y camioneta (de las buenas) y palacio además. Está viva la Cuarta República a esos niveles: vamos a demolerla.

Hay que comenzar por los pequeño detalles, por demostrar los privilegios, las malas costumbres del Estado liberal burgués. El alma de la Revolución precisamente está allí, en demoler las viejas costumbres. Si no lo hacemos habríamos perdido el tiempo. Por más cambios políticos y económicos que nosotros hagamos, si no somos capaces de demoler las viejas costumbres, las odiosas diferencias de clase, los obscenos privilegios y generar una nueva cultura de la igualdad, de la solidaridad, de la hermandad, habríamos perdido el tiempo, pero nosotros ¡No vamos a perder el tiempo! ¡Nosotros lo lograremos!

Para esto se requiere que el poder popular ocupe todos los espacios: la Contraloría popular. Y se requiere de nosotros, los representantes del pueblo, mayor dedicación al trabajo, dedicación plena y absoluta.

Esto nos va a llevar a revisar leyes orgánicas de los Consejos Municipales, eso está intacto. Y yo diría más: está peor que antes. Consejos Municipales que no tienen ningún poder, que son las mismas viejas estructuras, el mismo viejo Estado cuartorepublicano. Las regiones del país ¿cómo lograr una relación simétrica o una aplicación simétrica del poder político, del poder económico, del poder social, del poder militar a lo largo y ancho de todo el territorio? Ahí tenemos muchas deudas, regiones que están muy apartadas, muy olvidadas, disminuidas, atrasadas; tenemos que trabajar en esto porque hay que levantar al país completo; porque es un solo cuerpo nacional.

Quinto Motor: Explosión del Poder Comunal: ¡Democracia protagónica, revolucionaria y socialista!

El poder popular es alma, nervio, hueso, carne y esencia de la democracia bolivariana, de la democracia revolucionaria, de la democracia verdadera. Este motor del Proyecto Socialista Bolivariano es el que tiene mayor fuerza. Pero esta explosión creadora del Poder Comunal va a depender para su desarrollo y éxito del éxito de los otros cuatros motores. Va a depender de las leyes habilitantes, de la reforma de la Constitución, de la Jornada Nacional Moral y Luces, de la nueva geometría del poder y de otros factores. Es por ello que es urgente que asumamos la tarea. Se me ha ocurrido crear un sistema de ciudades federales, es posible que en algunos lugares sea una ciudad que ya exista. La Constitución dice que se podrá crear un territorio federal y ahí están las condiciones, creo que hay que revisarlas y darles otro enfoque, no se trata de convertir estados en territorios federales por capricho, sino de marchar hacia el modelo socialista. Sobre ese territorio federal concentraríamos todo el esfuerzo político, económico y social. Para ir transitando el camino hacia ciudad comunal donde no hagan falta juntas parroquiales, alcaldías, ni consejos municipales, sino Poder Comunal. Habría que sembrarlo en la primer Constitución: una nueva geometría del poder en toda la línea, en toda la extensión y en todo el volumen. Los Consejos Comunales deben trascender lo local. No debemos ponerle límites a los Consejos Comunales, ellos son herramientas del Poder Popular Constituyente. Hay que impulsarlos, fortalecerlos. Los Consejos Comunales deben trascender a una especie de federación de Consejos Comunales —todo eso hay que regularlo en la Ley— luego deben confederarse para abarcar un espacio mucho mayor, a fin de que puedan hacer diagnósticos profundos de su área comunal y, en base al diagnóstico, hacer un plan, un presupuesto participativo, para que puedan desarrollar obras de mayor envergadura para elevar su calidad vida en lo económico, en lo social, en lo político. Consejos Comunales y a nivel nacional una confederación de Consejos Comunales. Progresivamente, nosotros, el poder constituido, debemos ir transfiriéndole poder político, social, económico y administrativo al Poder Comunal para que así marchemos rumbo al Estado social y salgamos de las viejas estructuras del Estado capitalista burgués que lo que hace es frenar los impulsos revolucionarios. Vamos hacia la explosión del poder comunal. Ahora, eso tiene unos tiempos, los aceleraremos, pero recordaremos que todo tiene un tiempo. Este pensamiento bolivariano es muy revolucionario, decía Bolívar: "Paciencia y más paciencia, trabajo y más trabajo, constancia y más constancia, para tener Patria". Que nadie se impaciente. Hay que trabajar duro. Lo lograremos con paciencia, pero con esa paciencia transformadora, con paciencia de sabios, del que sabe que vamos por el camino correcto.

Luis Bilbao - Director de la revista América XXI

El lunes 10 de Abril del año 2006 aparece publicada en la Gaceta Oficial Nº 5.806 la Ley de los Consejos Comunales como instancias de participación, articulación e integración que permiten al pueblo organizado ejercer directamente la gestión de las políticas públicas y proyectos que brinden respuesta a las necesidades y aspiraciones de las comunidades (Art. 2. LCC, 2006). Se trata de la construcción cotidiana de una sociedad de equidad y justicia social.


Esta Ley Especial los define como: “instancias de participación, articulación e integración entre las diversas organizaciones comunitarias, grupos sociales y los ciudadanos y ciudadanas que permiten al pueblo organizado ejercer directamente las gestión de políticas públicas y proyectos orientados a responder a las necesidades y aspiraciones de las comunidades en la construcción de una sociedad de equidad y justicia social.”
Integración y Funcionamiento de los Consejos Comunales

    En su esencia política, son la expresión (legal y legítima) de un Proceso Constituyente que contribuirá a definir una estructura social donde un nuevo Poder Popular se convierte en el instrumento que garantiza la profundización del Proceso de Cambios y Transformación Social.

    Los Consejos Comunales están integrados por: 1.- Un Órgano Ejecutivo conformado por los voceros y voceras de los distintos Comités de Trabajo Comunitario, entre otros: Salud, educación, cultura, deportes, infraestructura, vivienda y hábitat, economía popular, alimentación, seguridad integral, Mesa Técnica de Agua, etc. 2.- La Unidad de Gestión Financiera conformado por 5 habitantes de la comunidad que se encargarán de administrar los recursos financieros, recursos materiales, servir como ente de inversión y crédito convirtiéndose en una especie de Banco Comunal y 3.- La Unidad de Contraloría Social conformada por 5 habitantes de la comunidad que asumen la responsabilidad de controlar, vigilar, supervisar y fiscalizar la ejecución financiera y ejercer las acciones de Contraloría Social sobre los Programas e inversión de las diferentes instancias del Poder Público. Las atribuciones de cada uno de las unidades que conforman los Consejos Comunales están definidas en la Ley Especial.

    La constitución de los Consejos Comunales comienza con la elección, en Asamblea de Ciudadanos y Ciudadanas, de la Comisión Promotora que se convierte en la instancia encargada de convocar, organizar y conducir la Asamblea Constituyente Comunitaria donde se elegirán los voceros y voceras del Órgano Ejecutivo, la Unidad de Gestión Financiera y la Unidad de Contraloría Social desarrollando un ejerció democrático con carácter protagónico en el marco de la participación colectiva.

    Los Consejos Comunales recibirán recursos financieros provenientes del Fondo Intergubernamental parea la Descentralización –FIDES, de la Ley de Asignaciones Económicas Especiales –LAEE-, de transferencias desde el Gobierno Nacional, las Gobernaciones y Alcaldías. Al mismo tiempo pueden y deben realizar actividades dirigidas a producir recursos propios.

    Con la promulgación de la Ley Especial de los Consejos Comunales se creó la Comisión Nacional Presidencial del Poder Popular designada por el Presidente de la República. Para los efectos funcionales se designará una Comisión Regional Presidencial del Poder Popular y una Comisión Local Presidencial del Poder Popular. Son estas instancias del Poder Público las encargadas de ejercer la coordinación, orientación y evaluación de los Consejos Comunales.

    El impulso de los Consejos Comunales como parte del Proceso Constituyente, que debe conducirnos a la construcción de un nuevo Poder Popular, exige el respeto absoluto por su autonomía organizativa y funcional. Visión que nos compromete a interpretarlos como un objetivo estratégico en el Proceso de Cambios y Transformación Social.

    La denominada arquitectura social de los Consejos Comunales se inició en medio de un gran entusiasmo colectivo que le asegura una profunda legitimidad. Hoy disponemos de un instrumento legal que los convierte en la instancia institucional más próxima a la gente y garantiza la Participación Protagónica para atender las necesidades, aspiraciones y expectativas de la población.

    Lamentablemente, algunos personajes que actúan desde las Alcaldías, Gobernación y partidos políticos no han comprendido la dimensión social y política de los Consejos Comunales y pretenden contralor estos organismos para ponerlos al servicio de sus intereses particulares o grupales. Con esta pretensión se puede castrar la autonomía de los Consejos Comunales y frustrar las posibilidades de desarrollar un nuevo Poder Popular.

    Corresponde a los vecinos organizados desechar y derrotar estas pretensiones e imponer sus decisiones a través de la Asamblea Constituyente Comunitaria como máxima instancia de decisión popular. No hay Alcalde, Gobernador ni funcionario público autorizado para mediatizar la actuación de los Consejos Comunales.

    A los partidos políticos comprometidos con este proceso les corresponde revalidar su condición de instancia para la intermediación social que le permite orientar y darle contenido político a la constitución de estas organizaciones populares sin pretender convertirlas en apéndice de su organización. Se trata de comprender el momento histórico y el carácter estratégico de este objetivo.

    Nadie tiene derecho, ni autoridad para mediatizar la autonomía y pretender controlar las funciones de los Consejos Comunales como embrión de un verdadero Poder Popular…
    Darío Morandy
    Descarga Ley de los Consejos Comunales


    Si lo que realmente procuramos es el desmontaje del viejo aparato político del país, para abrirle cauce a uno que otorgue el poder directamente al pueblo, resultará necesario suprimir las aún persistentes intermediaciones de las organizaciones políticas y de las estructuras burocráticas gubernamentales, entre el ejercicio del poder y el Pueblo, para que la Explosión del Poder Popular impulse la instauración de la hegemonía popular, ya activada con la creación de los consejos comunales, pero desarrollando dicha forma de participación y decisión ciudadana también en lo parroquial, municipal, regional y nacional, para reemplazar con ella las estructuras políticas de poder de la sociedad a superar en esos mismos niveles; y de igual manera, garantizándosele al pueblo que nunca más élite alguna —en su supuesta representación— lo desplace del poder. En esto, de manera responsable, habrá de considerarse igualmente la actual universalidad del voto presidencial, porque si no se establece de manera definitiva y para siempre el régimen del Poder Popular en Venezuela, que es la hegemonía popular : el Gobierno de las Mayorías, en este esfuerzo sólo lograremos, aunque con una segura historia romántica —pero también confiscando la esperanza de los pobres del mundo—, arar, otra vez, en el mar.

    Lo contemplado sobre esta materia en el proyecto de Ley de Participación Ciudadana y del Poder Popular, podrá servir de base para la formulación de estas nuevas estructuras.

    Ulises Daal- Diputado a la Asamblea Nacional (Falcón)
    Integrante de la Casa del Socialismo del Siglo XXI

    Se ha planteado ya la necesidad de que, más allá de los consejos comunales —que son la base fundamental para la instauración de la Hegemonía Popular— se establezcan instancias de participación y decisión ciudadana en los niveles parroquial, municipal y nacional, que vayan desplazando las estructuras burocráticas heredadas del viejo Estado, con las cuales no se podrá avanzar en la construcción del Socialismo, ya que por responder a una concepción individualista, que impulsa a los funcionarios al desmedido afán de lucro y no al servicio colectivo, en su conjunto deviene en un fin en sí mismo.

    En esta orientación, el Presidente ha propuesto —fundado en el Artículo 16 de la Constitución Nacional— la creación de los territorios o ciudades federales. Pero, a nuestra apreciación, sería más pertinente, para de verdad lograr la Explosión del Poder Popular en toda la sociedad venezolana y a un mismo tiempo, instituir en los niveles ya anunciados, las instancias de participación y decisión ciudadana, precisamente como la concreción del Poder Popular, del ejercicio directo y efectivo del poder por parte de los ciudadanos, y ya no con la intermediación de estructuras partidistas o burocráticas institucionales; y en ese sentido, lo contemplado sobre esta materia en el proyecto de Ley de Participación Ciudadana y del Poder Popular, podrá servir de base para la formulación de estas nuevas estructuras.

    Ulises Daal- Diputado a la Asamblea Nacional (Falcón)
    Integrante de la Casa del Socialismo del Siglo XXI

    Si estamos de acuerdo, en que con la reforma constitucional se aspira lograr la instauración de un modelo político-económico-social que exija el concurso de todos, de acuerdo a nuestras capacidades; y procure la garantía de que sus resultados favorezcan a los sectores sociales, en proporción a las necesidades de cada uno de los mismos (de cada cual según su capacidad y a cada quien según su necesidad), éste sólo será posible mediante el ejercicio directo del poder por parte de las mayorías, para avanzar hacia lo que conocemos —hasta ahora en teoría— como la esencia fundamental de la democracia: gobierno del pueblo (las mayorías), por el pueblo y para el pueblo —que es una enunciación griega, no lincolniana. Y si logramos encaminarnos hacia algo semejante, estaremos definitivamente construyendo el Sueño del Socialismo. ¿Cuál Socialismo? El de siempre. El mismo de la aspiración (sueño) milenaria de la humanidad de alcanzar un estadio de vida de justicia e igualdad política, económica y social. El de la revelación cristiana de que debemos amar al prójimo como a nosotros mismos, porque como humanos somos iguales. Ese Socialismo que, como reiteradamente viene rescatando el presidente Chávez, proyectó Simón Bolívar 29 años antes de la publicación del Manifiesto Comunista de Marx y Engels, al exponer en 1819, que: “El mejor gobierno es aquel que garantice la mayor suma de seguridad social, la mayor suma de felicidad posible y la mayor suma de estabilidad política”. Pero para que la mayor suma de seguridad social sea una realidad, tiene que incluirse a las grandes mayorías aún desterradas de tal derecho; mientras que la mayor suma de estabilidad política sólo es posible mediante la instauración de un sistema que asegure la participación directa, decisiva, efectiva y para siempre de las grandes mayorías, de modo que pueda traducirse en la mayor suma de felicidad posible.

    Un socialismo, que en lo económico, le dé preeminencia a las modalidades asociativas y de producción del cooperativismo, la autogestión y la cogestión; donde la iniciativa privada se enmarque en la corresponsabilidad social empresa-comunidad, de manera que además de las obligaciones impositivas tradicionales —y bajo el control del Estado—, dicha iniciativa posea responsabilidad con el desarrollo y el bienestar de la comunidad o las comunidades donde se establezca; y el Estado, por su parte y cuando así se amerite, pueda auxiliarla. En tanto que la inversión extranjera, y sólo en aquellas áreas que sea requerida para el desarrollo nacional, se dé en asociación con el Estado, de empresas de éste con otras igualmente estatales, conservando el país la supremacía en tales asociaciones, para salvaguardar la soberanía nacional.

    El Socialismo —en Venezuela y en cualquier parte del mundo— para que en verdad lo sea, será el resultado del continúo experimentar colectivo (inventamos o erramos) por alcanzar esa sociedad soñada, y que ahora se presenta posible, pero sólo si todos y todas llegamos a la comprensión de que para ello es necesario, definitivamente, cambiar nuestra manera de pensar sobre nosotros y los demás, para poder cambiar la manera de relacionarnos con la sociedad, y alcanzar una clara identificación y decidido compromiso con el Proyecto de País: El Socialismo. Es aquí donde cobra importancia capital la jornada de educación popular e ideológica Moral y Luces, anunciada por el Presidente, que nos debe llevar a los más altos niveles de conciencia y comprensión de nuestra responsabilidad en la construcción de la nueva sociedad.
    Ulises Daal. Diputado a la Asamblea Nacional (Falcón)
    Integrante de la Casa del Socialismo del Siglo XXI

    La aplicación del modelo establecido en la Constitución, en sus siete años de vigencia —tal como lo ha apreciado el propio presidente Chávez— ha evidenciado, ante la realidad y las exigencias colectivas de avanzar en la construcción de la participación protagónica que la misma anuncia, algunos obstáculos, así como contradicciones inmersas en ella, como de la realidad política que se ha venido configurando en el país con la participación popular. Los obstáculos, entre otros, están representados por la todavía existencia de instancias de intermediación burocráticas, tanto sociales: como los partidos políticos; e institucionales: como las presentes en el aparato gubernamental; las cuales se interponen entre el colectivo y el verdadero ejercicio del poder por parte de las mayorías. De igual manera, resulta innegable la presencia, en la Constitución y en las leyes derivadas de ella, de algunas disposiciones, que en el campo económico se enfrentan a la construcción de una sociedad orientada a la preeminencia de los sectores populares.

    En tanto, que entre las contradicciones que se manifiestan en las disposiciones de la Carta Magna, se evidencian, entre otras, la estipulada en el artículo 5, según la cual “la soberanía reside en el pueblo”, quien la ejercerá en las formas previstas en esa Constitución, frente a otras disposiciones de la misma que niegan tal condición, ya que le colocan limitantes a esa facultad soberana, resultando así dichas disposiciones, antidemocráticas. Ante tal situación, el presidente Hugo Chávez ha propuesto la Explosión del Poder Comunal o Popular, la cual debe conducir a la profundización —constitucional y legal— del régimen del Poder Popular, para avanzar hacia la instauración de la Hegemonía Popular; es decir: el gobierno de las mayorías populares, que dicho sea, ya se inició con la creación de los consejos comunales, pero para su desarrollo y consolidación se amerita que a los mismos, y demás instancias similares que en los otros niveles de la sociedad se establezcan, se les dote de la suficiente capacidad para ir desplazando las estructuras burocráticas heredadas del Estado capitalista, asumiendo sus roles en una nueva concepción.

    ¿Quiénes son las mayorías? Fundamentalmente los venezolanos y las venezolanas pertenecientes a los denominados sectores “D” y “E” (pobres) y el denominado sector “C” (clase media baja), pero también buena parte de aquellos que —como resultado de un proceso de alienación— se creen del sector “B” (clase media alta), cuando en realidad son clase a medias. Pero estas mayorías, para poder avanzar en la construcción del Poder Popular, deben interpretarse y asumirse como tales en su conjunto, y no en la perversidad divisorial y sectaria de formas como el sindicalismo o el gremialismo, que son herencias del partidismo (de parte, fracción), que si tienen razón de ser en un régimen capitalista, en uno colectivista son contrarias a la unidad y organización popular.

    De este modo, se habrá de establecer nuevas modalidades asociativas, cuya participación y exigencias se canalicen a través de las instancias de participación y decisión ciudadana, que al corresponder a las comunidades y formar parte todos los ciudadanos y las ciudadanas a las mismas, en ellas, desde ellas y por ellas, el beneficio colectivo implique el logro individual.
    Ulises Daal. Diputado a la Asamblea Nacional (Falcón)
    Integrante de la Casa del Socialismo del Siglo XXI

    Definitivamente, desde el mismo momento que Chávez asume la presidencia de la República en 1999, las mayorías populares asumieron su Proyecto de País como de su pertenencia; y de igual manera, desde entonces, los sectores minoritarios que siempre han ostentado el poder económico e influían de manera determinante sobre el poder político en el país, han sentido que dicho proyecto entra en contradicción con sus intereses; y el hecho de que esos sectores de la oligarquía —con el estímulo imperialista— hayan enfrentado el gobierno de Chávez y —no obstante los resultados electorales del 3 de Diciembre 2006— lo sigan haciendo, a riesgo incluso de los privilegios que injustamente aún poseen. Pero para que esa apreciación de las mayorías populares, además de perceptiva, se concrete en la realidad, hay que asumir la Propuesta presidencial de Ley Habilitante (PLH) y de de la reforma constitucional, como la oportunidad de esas mayorías para impulsar la instauración de la hegemonía popular.

    En ese sentido, el presidente Hugo Chávez, con el irrebatible fundamento del “…mandato otorgado contundentemente por las mayorías populares el 03 de diciembre de 2006, relativo a la dirección y el sentido social, marcadamente igualitario e inclusivo que debe distinguir las actuaciones del Ejecutivo y en general del Estado venezolano”, ha solicitado a la Asamblea Nacional , mediante la Política de Ley Habilitante, que le otorguen poderes especiales para legislar en los ámbitos de:

    1. Transformación de las instituciones del Estado;
    2. Participación Popular;
    3. Valores Esenciales del Ejercicio de la Función Pública;
    4. Económico y Social;
    5. Financiero y Tributario;
    6. Ciencia y Tecnología;
    7. Ordenación Territorial;
    8. Seguridad y Defensa; y
    9. Infraestructura, Transporte y Servicios.

    Ulises Daal. Diputado a la Asamblea Nacional (Falcón)
    Integrante de la Casa del Socialismo del Siglo XXI

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