“Dios nos libre de un mundo unipolar. América Latina y el Caribe deben ser un polo de fuerzas para el próximo siglo. Esto es parte de nuestro proyecto”.
La cita es parte de un discurso pronunciado por el presidente de la República Bolivariana de Venezuela, Hugo Chávez Frías, el 30 de octubre de 1999, cuando presentaba al país los resultados de su viaje por Asia y Europa.

Ese día repitió lo que muchas veces había adelantado durante la campaña electoral que lo llevó a la primera magistratura de la nación: su política internacional estaría dirigida a diversificar las relaciones internacionales de Venezuela y a fomentar la unión suramericana.

El tema petrolero no escapó a esta nueva visión de las relaciones geoestratégicas concebidas por el Jefe de Estado venezolano. Los logros obtenidos se hicieron sentir rápidamente en el mundo entero y aún hoy, tras nueve años de Gobierno, se mantienen en el tiempo.

Según el economista y profesor universitario Luis Alberto Matos, Chávez logró el “milagro político” de unir a la Organización de Países Exportadores de Petróleo (Opep) y detener una estrategia que buscaba el debilitamiento de los precios del crudo, impulsada por los gobiernos que le precedieron”.

“Hasta la llegada de Chávez a la Presidencia Venezuela estaba más ligada a los grandes compradores de petróleo -como Estados Unidos, Francia e Inglaterra-, que a sus propios socios, quienes le permitían mantener un precio alto, es decir Arabia Saudita, Irán, Irak, todos los países del Golfo Pérsico, Indonesia y las naciones africanas”, reseñó.

Matos explicó que durante la llamada cuarta República, gobiernos miembros de la Opep llegaron incluso a violar sus propias cuotas.

“Creían que vender barriles de petróleo a un precio más barato que el fijado por otros países sería más rentable, porque así venderían más. La actuación bajo esta lógica irracional, que no debería ejecutarse con materiales no renovables, condujo a que casi fuera más rentable transportar el producto que producirlo”, agregó.

Con la celebración de la II Cumbre de Jefes de Gobierno, de Soberanos y Presidentes de países de la Organización de Países Exportadores de Petróleo (Opep), efectuada en Caracas el 27 de septiembre de 2000, Chávez logró detener la caída de los precios del crudo. De siete dólares por barril el valor del crudo ascendió a 28 dólares en forma progresiva.

En aquel momento se cumplían 25 años del primer encuentro, por lo cual el Presidente calificó el hecho como un evento histórico, al resaltar que el objetivo fundamental era "lograr el equilibrio y el alcance de precios justos en defensa de nuestros intereses".

La unión del Sur

Otro de los objetivos alcanzados bajo el liderazgo del Jefe de Estado ha sido la conformación de mecanismos de integración políticos, económicos, sociales y culturales concebidos sobre la base de la solidaridad, la complementariedad y la cooperación entre las naciones.

Entre ellos se pueden mencionar la Alternativa Bolivariana para los pueblos de nuestra América (Alba), ideada por los presidentes de Cuba, Fidel Castro Ruz, y de Venezuela, en contraposición al neoliberal Acuerdo de Libre Comercio para las Américas (Alca) propulsado por el gobierno de Estados Unidos.

Integrado inicialmente por Cuba y Venezuela, posteriormente se adhirieron al acuerdo las repúblicas de Bolivia, Nicaragua y más recientemente Dominica.

De acuerdo con documentos del exiguo Ministerio de Estado para la Integración y Comercio Exterior, el Alba se fundamenta “en la creación de mecanismos para fomentar ventajas cooperativas entre las naciones que permitan compensar las asimetrías existentes entre los países del hemisferio”.

También busca atacar los obstáculos que impiden la verdadera integración, como lo son la pobreza, la exclusión social, el intercambio desigual y las condiciones inequitativas de la relaciones internacionales.

La Unión de Naciones del Sur (Unasur) es otro de los engranajes de la cooperación suramericana impulsada desde Venezuela. El nombre se decidió el 16 de abril de 2007, durante la celebración de la I Cumbre Energética en la cual 12 representantes de países de Suramérica signaron el documento fundacional.

Ellos fueron de Argentina, Néstor Kirchner; de Brasil, Luiz Inácio Lula da Silva; de Bolivia, Evo Morales; de Paraguay, Nicanor Duarte; de Ecuador, Rafael Correa; de Chile, Michelle Bachelet; de Colombia, Álvaro Uribe; el vicepresidente de Uruguay, Rodolfo Nin Novoa; y los primeros ministros de Guayana, Sam Hinds y el primer ministro delegado de Surinam, Gregory Rusland.

Ese día los países se comprometieron a trabajar en conjunto por el desarrollo de la región, y el mecanismo contará con una secretaría ejecutiva permanente cuya sede estará en Quito, Ecuador.


Las alianzas económicas

Petrosur, Petrocaribe, el Banco del Sur y el Banco del Alba son algunos de los organismos grannacionales que han sido promovidos por el Presidente de la República en sus nueve años de gestión.

Los dos primeros son habilitadores políticos y comerciales impulsados por Venezuela para “establecer mecanismos de cooperación e integración sobre la base de la complementariedad, haciendo un uso justo y democrático de los recursos energéticos para el mejoramiento socioeconómico de sus pueblos”, afirma un documento publicado por Petróleos de Venezuela (Pdvsa).

Estos mecanismos buscan “reducir los efectos negativos que sobre los países de la región tienen los costos de la energía originados por factores especulativos y geopolíticos, mediante la disminución de los costos de las transacciones (eliminando la intermediación), el acceso a financiamiento preferencial y el aprovechamiento de las sinergias comerciales para solventar las asimetrías económicas y sociales de la región”.

Petrosur está integrado por Brasil, Argentina, Uruguay y Venezuela, mientras que la iniciativa Petrocaribe fue suscrita inicialmente por 16 países: Antigua y Barbuda, Bahamas, Belice, Cuba, Dominica, Granada, Guyana, Haití, Jamaica, Nicaragua, República Dominicana, San Cristóbal y Nieves, Santa Lucía, San Vicente y las Granadinas, Surinam y Venezuela.

En tanto, el Banco del Sur fue suscrito por seis mandatarios latinoamericanos, quienes firmaron en Buenos Aires el acta fundacional.

La entidad financiera fue planteada por el líder de la Revolución Bolivariana en diferentes instancias internacionales como una alternativa al Fondo Monetario Internacional (FMI) y al Banco Mundial (BM) en materia de financiación regional, para fomentar el desarrollo, la integración y edificar una nueva arquitectura financiera internacional.

Los presidentes signatarios fueron Néstor Kirchner (Argentina), Luiz Inácio Lula da Silva (Brasil), Nicanor Duarte (Paraguay), Rafael Correa (Ecuador), Evo Morales (Bolivia) y Hugo Chávez (Venezuela).

El Banco del Alba fue inaugurado el pasado 26 de enero, en el marco de la VI Cumbre Presidencial de la Alternativa Bolivariana para los pueblos de nuestra América (Alba) celebrada en Caracas.

Como afirmara el ministro coordinador de Ecuador, Ricardo Patiño, durante su intervención en la cumbre, la constitución de estos mecanismos “permitirá liberar a los países de Latinoamérica del sometimiento financiero que Estados Unidos ha ejercido sobre la región”.

Por su parte, Chávez dijo que “esto redundará en el nacimiento de empresas grannacionales que impactarán muy positivamente a nuestro proyecto en la zona”.

Estos mecanismos de integración se unen a los numerosos acuerdos binacionales signados junto a países como Rusia, Libia, Irán, Qatar, China, Colombia, Cuba, Siria, Malasia, Ecuador, Chile, Guyana, Nicaragua, Trinidad y Tobago y Bielorrusia, entre muchos otros.


Comunicación, cultura y deportes

Chávez logró, durante la gestión de su Gobierno bolivariano, concretar la creación de una televisora que “frente al discurso único sostenido por las grandes corporaciones, que deliberadamente niegan, coartan o ignoran el derecho a la información”, se convierta en una “imprescindible alternativa capaz de representar los principios fundamentales de un auténtico medio de comunicación: veracidad, justicia, respeto y solidaridad”, expresa su concepto fundacional.

Asimismo, y tras 15 años de ausencia, Venezuela fue incorporada al Consejo Ejecutivo de la Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura (Unesco).

Esta organización, así como la Unicef y la FAO, reconocieron también a las misiones emprendidas por el Ejecutivo para atender las necesidades más urgentes de la población, especialmente por los logros en materia de superación del analfabetismo, la exclusión y la pobreza.

También se han organizado en el país grandes eventos como el Foro Social Mundial, el Festival Internacional de Tradiciones Afroamericanas, el Encuentro Mundial de Intelectuales y Artistas en Defensa de la Humanidad, el Encuentro Latinoamericano de Jóvenes y Estudiantes, entre otros.

En materia deportiva se puede mencionar la participación de Venezuela en eventos de alta competencia cada vez más creciente, así como la realización del encuentro futbolístico regional conocido como la Copa América, en mega estadios construidos en tiempo récord para la cita, que quedaron para el disfrute de todos los venezolanos.
Informe especial de ABN


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